Receta

A un bowl, agrega los dátiles con agua caliente y déjalos remojando 10 minutos. Yo utilicé unos dátiles sin pepa, por lo que no se la tuve que remover. Si utilizas dátiles con pepa, se la quitas una vez hayan pasado los 10 minutos y los dátiles hayan suavizado. No botes el agua donde se suavizaron.

Agrega los dátiles remojados, la mantequilla de maní (peanut butter), sirope de maple (maple syrup), vainilla y sal a un procesador de comida. Procesa por 2-3 minutos hasta obtener una especie de “caramelo.” Luego, agregas 3 cucharadas del agua donde habías suavizado los dátiles y lo vuelves a procesar 1-2 minutos. Sacas el “caramelo de dátiles” del procesador y lo agregas a un bowl.

En otro recipiente, colocas la Crema de Avena de Quaker y 1 taza del cáramelo de dátiles que preparaste. Lo agregas al tazón del procesador de comida, lo procesas por 1-2 minutos hasta obtener un “nougat” o crust que puedas manipular con las manos pero no sea tan pegajoso.

En un pyrex cuadrado (9x9) con papel pergamino, agregas todo el crust, lo aplastas con la parte de atrás de una taza de medir hasta tenerlo plano. Le agregas arriba el resto del “caramelo de dátiles”, le colocas el maní encima y lo metes al freezer por 3-4 horas.

Pasado ese tiempo, derrites chocolate oscuro con aceite de coco, se lo viertes encima del maní, le rocías sal marina (opcional pero recomendado) y lo metes a congelar por 2 horas más.

Lo partes en cuadritos para formar barritas. Esto se conserva un montón en el freezer y es PERFECTO para quitarte el “craving” de algo dulce sin tener que pecar.